Íñigo Soto se sienta en su oficina y mira por la ventana. Es primavera (esta entrevista se llevó a cabo en el mes de abril). Está lloviendo y esboza una sonrisa. La lluvia es siempre un motivo de felicidad. El greenkeeper del Club de Golf Finca Cortesin sabe que el agua desempeñará un papel fundamental en el campo de golf de cara al mes de septiembre, cuando acoja uno de los campeonatos más importantes del mundo: la Solheim Cup.
Es la primera vez que este acontecimiento internacional, que se realiza cada dos años y enfrenta a las 12 mejores golfistas de Europa con las 12 mejores de América, se celebra en España. Aquí, al igual que en otras partes de Europa, la lluvia es un bien escaso, especialmente en este momento en el que se sufre una grave sequía. Por eso, la conservación del agua se ha convertido en el objetivo principal de Finca Cortesin, que trabaja en ello compaginando estos trabajos con la preparación del campo para el torneo internacional, respetando las restricciones de agua y uso de productos químicos.
Para reducir el consumo de agua, Finca Cortesin utiliza el Sistema de Control Centralizado Lynx de Toro y los aspersores INFINITY que garantizan un riego preciso. El campo también utiliza agua reciclada para mantener su césped bermuda y los greenes.
“Hicimos la conversión al césped de bermuda hace siete años porque teníamos muchos problemas con el bentgrass (agrostis)”, comenta Íñigo Soto. “Estamos muy contentos con el estado actual de los greenes. Obviamente estamos en una zona geográfica cálida, así que los greenes están en muy buenas condiciones durante todo el año”.