El aireado consiste en la perforación superficial de una superficie de tierra. Sus efectos positivos en nuestro jardín son enormes: descompacta el césped, lo que facilita el filtrado del agua en la tierra y el arraigo de las raíces en terrenos duros, como los que tienen capas arenosas. Además, los jardines aireados resisten mejor los periodos de sequía, las plagas y las enfermedades, ya que al ser más profundas las raíces absorben mejor el agua y los herbicidas. De este modo puede reducirse la frecuencia de riego entre un 30 y un 40%.