El escarificado, también llamado ‘poda vertical’ es una técnica de mantenimiento habitual en el cuidado del césped. Consiste en el rastrillado de la tierra para romper la capa de suelo más superficial y despejar el camino hasta las raíces.
¿Por qué es importante escarificar nuestro jardín? Como os explicábamos en un artículo anterior, la acumulación de colchón asfixia las raíces del césped y evita que se filtre el aire y el agua. En consecuencia las plantas se debilitan, pierden resistencia a las enfermedades y comienza a amarillearse. Un escarificado o dos al año soluciona este problema y devuelve el vigor al césped.
Hay dos técnicas básicas para escarificar:
- Manual: Mediante un rastrillo con púas de acero. Dada su lentitud, este sistema es únicamente viable en jardines de poca extensión. Además, si el suelo está demasiado compactado las púas no penetrarán con suficiente profundidad en la tierra, y será necesario realizar numerosas pasadas.
- Mecánica: Existen en el mercado diferentes modelos de máquinas escarificadoras, adaptadas a jardines de cualquier tamaño y equipadas con un conjunto de cuchillas o púas rotatorias que perforan la tierra a su paso. Este sistema garantiza que el escarificado alcance la profundidad necesaria para romper por completo la capa de colchón.
Independientemente del sistema que escojamos, el método siempre será el mismo: dos pasadas completas, la primera en una dirección y la segunda en perpendicular a esta, para no dejar ningún hueco sin cubrir. Para facilitar el proceso, al igual que con el aireado, la tierra debe estar humedecida.